Y después de haber rendido, decidí que me correspondía un regalito, o poniendolo en términos de Skinner, un reforzador positivo, que me lleve a repetir la conducta (del estudio).
Por eso, fui a la panadería a comprar unos pletzalaj, y me dejé tentar por el que es tamaño familiar.
viernes, 9 de mayo de 2008
Un merecido premio
Posteado a las 3:17 p. m.
etiquetas: opinion, universidad
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario